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martes, 20 de noviembre de 2012

Aprendiendo a pedir ayuda…


La llegada de Giulia no sólo va a implicar muchos cambios en nuestra vida, en nuestra rutina, en nuestros horarios de sueño, y en mil cosas más. También va a implicar algunos cambios en nosotros como personas (al menos en mí, seguro).Estoy segura que el sólo el hecho de traer al mundo una vida me va a hacer de por sí una persona diferente. Pero eso no será todo. Seguro van a haber (y tener que haber) muchos cambios más.  Uno de estos cambios, es más que nada un reto: y es el de aprender a pedir ayuda.

Suena bien fácil eso de pedir ayuda, ¿no? De hecho es una suerte que no todo el mundo tiene: el tener a quien pedirle ayuda. Muchas personas, en circunstancias difíciles, simplemente no tienen a quien acudir. Yo, sin embargo, a pesar de estar lejos de mi casa, de mi familia, de mis amigos históricos, de la gente a la que uno naturalmente pediría ayuda, tengo la gran fortuna de estar rodeada de personas que sin conocerme tanto (o tanto tiempo) –algunas- no hacen más que ofrecerme una mano cada vez que me ven.  Desde ofrecerse a llevarme a cualquier lado si ya no quiero caminar, o a traerme cosas que me quieren prestar/regalar para la bebe, o de venir a buscarme para llevarme al hospital en caso de emergencia o de cuidar a Giulia cuando yo quiera ir a darme una vuelta. Una vez más, no me queda más que agradecer la suerte que tengo de haberme encontrado con toda esta gente maravillosa que, como yo, creen que la amistad más allá de la distancia, del tiempo y que quiere “invertir” su cariño en personas como nosotros, que muy probablemente no estemos por estos lares tanto tiempo.

El problema para mí no es tener la ayuda, es aprender a pedirla o aceptarla. Desde siempre (creo, o desde que me acuerdo, lo cual podría significar que desde que soy adulta porque mi memoria “pre adultez” deja mucho que desear) he sido bastante independiente. Siempre me ha gustado hacer mis cosas sola, desde ir al médico (cosa que a mi mamá no la hacía muy feliz) hasta cosas sencillas como querer ponerme el abrigo cogiendo mi cartera (y los guantes, el gorro y la chalina) entre los dientes cuando tengo a Alberto al lado que tranquilamente podría sostenerla (y comprenderán que a él esto no lo hace tan feliz…siempre se queja de que no le pido ayuda). Y como estos, muchos ejemplos de mi afán completamente innecesario e irracional de dármela de autosuficiente con cosas que en verdad no tienen ningún sentido sólo por no “molestar” al resto, resto al que definitivamente no estaría molestando (cosa que se por cierto porque yo en el lugar de ellos estaría feliz de ayudar también).

Pero claro, ahora la cosa va a ser diferente… supongo. En todos los libros, blogs, páginas web, etc. que leo sobre bebes y las primera semanas de maternidad, los consejos más recurrentes son “PIDE AYUDA, dedícate SÓLO y EXCLUSIVAMENTE a dar de lactar (si quieres dar lactancia exclusiva y prolongada como quiero hacer yo) que con eso ya tienes para todo el día”, “que alguien más se encargue de las cosas de la casa” (para que puedas dormir cuando el bebe duerme), “que se acumulen las “bolas de polvo” y la ropa sucia”, “cocina anticipadamente y congela”, “ten a la mano números de restaurantes y supermercados que hacen entrega a domicilio”, “las primeras 6 semanas son de sobrevivencia, la meta es resistir con tu salud mental intacta”, etc. Aunque a mí me suena un poco extremo, si todo el mundo lo dice/escribe, algo de cierto tendrá que haber, ¿no? Y aunque felizmente tendremos a mi mamá con nosotros para ayudarnos, tampoco es que la tendremos para siempre (como además es justo que sea), ni que viva a cuatro cuadras como para que venga a ayudarme cada vez que esté al borde del colapso (cosa que seguro sucederá de vez en cuando). Alberto estará también conmigo (probablemente tome su permiso post natal cuando mis papás se vayan) pero también tiene que volver a trabajar en algún momento y empezará a viajar como siempre…y ahí si seremos Giulia y yo. Será ahí cuando empiece el reto… ¿me atreveré a pedir ayuda? ¿Venceré mi autosuficiencia empedernida? Esperemos que si… por lo pronto prometo hacer el esfuerzo de tratar de hacerlo.

1 comentario:

  1. hay un refrán en inglés que dice "it takes a village to raise a child". Así es, una villa entera, abuelas, abuelos, amigos, profesores, cuidadores, papás, tíos, amigos... y sobretodo en los inicios cuando una se sumerje en la más absoluta ignorancia y no hay google ni tiempo para absolver tanta duda. Y es que a veces no es necesario que alguen venga a ayudar personalmente, a veces son solo consejos, tips, "qué hiciste tu cuando", verificar algo que tú sabes que está bien pero que TIENES que verificarlo. De hecho el embarazo ya es una preparación. Yo diría que el inicio es duro y requiere ayuda sobretodo logística. Después ya una tiene más confianza, más control y todo se convierte en un caos un poco más ordenado. Suerte en todo!! En lo que sí recomiendo pedir TODA la ayuda que puedas es en la lactancia. Pide doble y triple consejo, usa facebook: las mamás online son super solidarias. Es como que esa villa que se necesita para criar a un hijo es ya un mundo y todos podemos ayudar estando cerca o lejos!!

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